Hoy en día, casi podemos decir que ABC se sostiene gracias a dos pilares fundamentales: Shonda Rhimes y las comedias familiares. Viendo lo bien que van sus miércoles y lo mal que les sale la jugada a nivel de audiencias cuando lo intentan con otro tipo de sitcoms (Happy Endings, Cougar Town, Don’t Trust the B---- in Apt. 23 o este año Selfie), no se les puede culpar por estrenar cada año dos o tres series que le dan una ligera vuelta de tuerca a este género –sin pasarse– y se desenvuelven cómodamente en sus convenciones.
Ademas, es admirable la diversidad racial de la hornada de este año. Si en otoño llegaron Blackish, con una familia negra como centro, y Cristela, protagonizada por latinos; ahora toca dar visibilidad a la comunidad china con Fresh Off the Boat, la nueva comedia del canal creada por Nahnatcha Khan y basada en las memorias de Eddie Huang, un chef de ascendencia taiwanesa bastante conocido en Estados Unidos.
Fresh Off the Boat nos lleva hasta el año 1995, cuando la familia de Huang se muda desde el barrio chino de Washington D.C. en el que solían vivir hasta Orlando, donde su padre ha decidido abrir un restaurante. Allí, todos tienen que empezar una nueva vida y aprender a convivir con gente blanca, algo a lo que no están demasiado acostumbrados. Eddie, que por entonces tenía solo once años, nos lo cuenta en primera persona.
La raza de sus protagonistas marca inevitablemente Fresh Off the Boat, que juega al clásico del pez fuera del agua, pero de sus dos capítulos emitidos hasta la fecha sorprende que la mayor parte de los conflictos nazcan dentro de la propia familia y no tanto de su relación con el entorno que les rodea. No es una serie que se proponga tanto denunciar el racismo estructural que sigue existiendo en la sociedad como dar voz a una cultura que rara vez la tiene en la televisión americana sin ser demasiado obvia por el camino.
Jessica Huang, la revelación
En este sentido, Jessica, la madre de Eddie, es un personaje brillante que llama la atención desde el primer momento en que abre la boca. Su obsesión minuciosa a la hora de llevar las cuentas familiares y lo mucho que les exige a sus hijos a nivel académico pueden ser rasgos de personalidad tópicos, pero la serie los lleva con mucha gracia y le da más capas al personaje, evitando que se convierta en un cliché con patas (no es tan distinta, en esencia, a Claire Dunphy). Ver cómo los demás miembros de la familia se andan con pies de plomo con ella es casi tan divertido como sus frases lapidarias, que nos recuerdan que su showrunner es también la creadora de Apartment 23.
De momento, eso sí, ningún otro personaje está a su altura y, de hecho, los hermanos de Eddie están muy mal presentados (algo de lo que la propia serie se ríe). A la larga, se corre el riesgo de que la matriarca de los Huang se adueñe de la serie por completo, pero como a toda comedia hay que darle cierto margen para que desarrolle su universo. Fresh Off the Boat ya tiene mucho ganado: su primer episodio consigue sacar un par de carcajadas, algo de lo que no muchos pilotos de comedia pueden presumir.
¿El único problema? Que no sabemos si su recorrido será largo. La serie se estrenó con buenos datos de audiencia el miércoles, servida en paquete con The Middle y Modern Family, pero habrá que ver cómo lo hace a partir de la semana que viene, cuando la pasen a los martes, donde ocupará un horario en el que Manhattan Love Story y Selfie se hundieron rápidamente en otoño. Crucemos los dedos para que corra mejor suerte.
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