Si hay algo de lo que puede presumir la ficción británica es de su capacidad de innovación (véase Black Mirror o la cancelada Utopia) y/o su maravilloso trabajo en la ambientación de tiempos pasados (desde Downton Abbey pasando por The Hour o la gran The Hollow Crown).
Wolf Hall entraría en la segunda categoría, la historia de un monarca entre los siglos XVI-XVII y sus problemas políticos, religiosos y de amantes. Estamos hablando de Henry VIII de Inglaterra, uno de los reyes más representados en el cine y televisión y cuyo rostro más conocido hasta ahora ha sido Jonathan Rhys-Meyers en The Tudors.
Pues bien, olvidaros de Rhys-Meyers como Henry VIII porque ahora el reinado pertenece a Damian Lewis (Homeland, Life). Nuestro querido Brody de Homeland no es el protagonista absoluto pero si uno de sus puntos fuertes de la serie de BBC Two, donde nos presenta a un rey envidiado y egoísta pero a la vez inseguro de sus decisiones. Se agradece ver al actor inglés nuevamente en televisión y más en un papel tan importante para la sociedad británica.
La historia, basada en la serie de novelas de la escritora británica Hilary Mantel, sin embargo, no gira en torno a Henry VIII sino a la figura de Thomas Cromwell, un jurista al servicio del cardenal Thomas Wolsey (Jonathan Pryce) que vivió una dramática historia hasta convertirse en uno de los hombres de confianza del rey Henry VIII.
Sin duda alguna el peso de la serie lo lleva Mark Rylance, un actor con una extensa y premiada carrera teatral que está demostrando con su Thomas Cromwell que la cantera teatral británica ha sido y seguirá siendo una de las mejores del mundo. En los primeros capítulos podemos ver como Cromwell tiene que hacer frente a las circunstancias y adaptarse a la vida de la corte si no quiere tener problemas, sobre todo con Ana Bolena (Claire Foy), la amante de Henry VIII, que espera ansiosamente casarse con el monarca después de que éste haya pedido la anulación de su primer matrimonio con Catalina de Aragón por la desesperada necesidad de tener un heredero varón.
Una historia de conflictos y guerra de poderes con un gran elenco (os sonaran más de una cara) y una ambientación maravillosa, rodada en una serie de enclaves históricos de la geografía británica marca de la casa, que ha hecho de Wolf Hall la serie más vista de la BBC Two en 10 años con su episodio piloto.
Esperemos que los 6 capítulos que componen la serie estén todos al mismo nivel porque hacía tiempo que la televisión británica no nos regalaba una adaptación histórica de esas que tanto les gustan y a las que dedican tiempo y detalles.
Wolf Hall entraría en la segunda categoría, la historia de un monarca entre los siglos XVI-XVII y sus problemas políticos, religiosos y de amantes. Estamos hablando de Henry VIII de Inglaterra, uno de los reyes más representados en el cine y televisión y cuyo rostro más conocido hasta ahora ha sido Jonathan Rhys-Meyers en The Tudors.
Pues bien, olvidaros de Rhys-Meyers como Henry VIII porque ahora el reinado pertenece a Damian Lewis (Homeland, Life). Nuestro querido Brody de Homeland no es el protagonista absoluto pero si uno de sus puntos fuertes de la serie de BBC Two, donde nos presenta a un rey envidiado y egoísta pero a la vez inseguro de sus decisiones. Se agradece ver al actor inglés nuevamente en televisión y más en un papel tan importante para la sociedad británica.
Sin duda alguna el peso de la serie lo lleva Mark Rylance, un actor con una extensa y premiada carrera teatral que está demostrando con su Thomas Cromwell que la cantera teatral británica ha sido y seguirá siendo una de las mejores del mundo. En los primeros capítulos podemos ver como Cromwell tiene que hacer frente a las circunstancias y adaptarse a la vida de la corte si no quiere tener problemas, sobre todo con Ana Bolena (Claire Foy), la amante de Henry VIII, que espera ansiosamente casarse con el monarca después de que éste haya pedido la anulación de su primer matrimonio con Catalina de Aragón por la desesperada necesidad de tener un heredero varón.
Una historia de conflictos y guerra de poderes con un gran elenco (os sonaran más de una cara) y una ambientación maravillosa, rodada en una serie de enclaves históricos de la geografía británica marca de la casa, que ha hecho de Wolf Hall la serie más vista de la BBC Two en 10 años con su episodio piloto.
Esperemos que los 6 capítulos que componen la serie estén todos al mismo nivel porque hacía tiempo que la televisión británica no nos regalaba una adaptación histórica de esas que tanto les gustan y a las que dedican tiempo y detalles.
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