Once Upon a Time S04E12. Darkness On The Edge Of Town

Hace tanto que Once Upon a Time se fue de parón (navideño... a mediados de diciembre... y ya es marzo) que sumado a que la review del último capítulo nunca llegamos a hacerla, antes de empezar con lo que hoy nos atañe, vamos a marcarnos un previosly on en toda regla. La trama Frozen se acabó con todos felices y la revelación de que Rumple ha sido malo todo el tiempo, lo que le llevó a ser desterrado de Storybrooke a manos de su propia esposa —¿ahora ex, o cómo va esto?—, dejándole cojo de nuevo y sin ningún lugar a donde ir... o eso podríamos haber pensado hasta que un encuentro con Úrsula nos desveló su verdadero plan: volver a reunir a las Reinas de la Oscuridad y obtener su ansiado final feliz, ese que llevan buscando los villanos desde el principio de la serie pero esta temporada nos están metiendo hasta en la sopa. Por otra parte, Regina, que parecía haberse estabilizado con Robin cuando este la elige por encima de su mujer, tiene que despedirse de su amor una vez más para salvar la vida de Marian, que tiene que salir del pueblo con su familia para vivir. Esto hará que una vez más, la Reina siga (¿adivináis?) buscando su final feliz, cosa que nos lleva hasta la clave de todo: el Hechicero y el Autor, que hoy descubrimos no son la misma persona —pese a haber encontrado en la casa del uno los libros del otro—.

Llegados a este punto arrancamos con el capítulo de la semana, que nos presenta cómo las Tres Marías del Mal se conocieron, fueron engañadas, se unieron y volvieron a la carga para, no sabemos cómo, acabar en la miseria en la actualidad y lejos del resto de personajes de cuentos. Yendo más atrás de lo que habíamos ido en cuanto a la maldición que empezó todo se trata, descubrimos que originariamente no la tenía Rumplestiltskin, sino que estaba custodiada por Chernabog, y para llegar hasta ella, El Oscuro embaucará a quien sea necesario, para luego por supuesto, velar por sí mismo. Es así como se encuentran por primera vez Úrsula, Cruella y Maléfica en la Montaña Prohibida, residencia de esta última, donde cada una con su propia motivación, accederán a ayudar en la misión de Rumplestiltskin al más puro estilo Harry Potter y la Piedra Filosofal. Tras llegar al pergamino de la discordia, se ven solas ante el demonio, que siempre irá a por la persona con más predisposición a la oscuridad en su corazón, pero trabajando en equipo (y trepando riscos con tacones) consiguen escapar formando la alianza que tanto nos venden en los carteles promocionales de esta parte de la temporada.

Ya en la actualidad, con Gold viviendo en el apartamentucho de Úrsula y sobreviviendo a base de noodles, encuentran a Cruella que está siendo embargada y no puede resistirse ante el plan del desvalido Rumple, que esta vez ha de confiar en ellas. Mientras, en Storybrooke buscan cómo liberar a las hadas del Sombrero de Mago, cosa que por supuesto consiguen gracias a que Bella contacta con un profesor de Oxford —que resulta ser Mr. Gold usándola a voluntad una vez más— que les da lo que necesitan (no quiero imaginarme los e-mails de esa conversación). Lo que no ven, y no sé cómo, es que junto con las hadas también liberan a Chernabog, a quien no son capaces de vencer con sus poderes —y menos mal—, pero del que se deshacen sin problema al llegar al límite del pueblo. Siguendo el plan de Rumple y utilizando la información que Úrsula y Cruella tenían del demonio, consigue que sean admitidas en Storybrooke, donde finalmente él también consigue volver. ¿Pero cuál será el secreto que esconden los Charming para volverse tan agresivos contra las nuevas habitantes de Storybrooke? ¿Cómo resucitarán a Maléfica? ¿Cuánto tardará Emma en ser la cuarta en discordia en ese grupo de féminas dadas al mal?

Y llega el tiempo de hablar de las Supremas de Móstoles. A Cruella, pese a basarse en un personaje sin poderes, han visto la necesidad de añadirle magia —aunque debería tirar el humo verde de su cigarro glamouroso—, cosa que no me hace gracia, pero con el carisma y la personalidad de diva que le han puesto al personaje, se acepta. No es así el caso de Úrsula, de la cual no me gusta el diseño de vestuario, peinado, tentáculos (dos... porque los pulpos claramente tienen dos tentáculos), ni nada de lo que ha hecho hasta el momento, ya que ha demostrado ser un relleno para el trío, porque Maléfica, pese a que le han rediseñado el traje (¿no podrían haberlo hecho así desde el principio?), con Kristin Bauer sigue estupenda. Del mismo modo que Úrsula ha sido toda una decepción, me ocurre con Chernabog. Uno de los villanos más temidos y poderosos del universo Disney, despachado en cinco minutos sin problema ni consecuencia, y sin ni tan siquiera poner los momentos más clásicos de Una noche en el Monte Pelado para ilustrar su majestuosa presencia. Era el momento del caos, el fin del que no ven salida... Un recurso desaprovechado de una manera espantosa. Con este cartucho quemado y una Regina más light que nunca, sólo nos queda esperar más divinidades de la señorita De Vil, y a ser posible momentos de conducción temeraria. Por cierto, ¿no sería maravilloso que el Hechicero fuera Yen Sid y el Autor Disney?

Promo S04E13. Unforgiven