En uno de los capítulos de esta temporada de Elementary, Sherlock y Watson se planteaban si un ordenador con una inteligencia artificial muy desarrollada había asesinado a su creador provocándole un ataque epiléptico mediante una serie de imágenes. Aunque Elementary es una serie muy clásica en su formato, se nota que es un procedimental moderno en la forma en que afronta estos casos: como anécdotas curiosas y sin alarmismo.
El miércoles (y el jueves en Fox España) se estrenó CSI: Cyber, una serie que es en esencia todo lo contrario. El cuarto spin off de esta exitosa franquicia quiere ser una serie muy del siglo XXI, y aunque comparte cosas con sus hermanas mayores (como la hipervisibilidad), aquí no se analizan las escenas del crimen, sino los aparatos electrónicos que había en ellas o pertenecían a sus dueños.
Patricia Arquette (Medium, Boyhood), a la que ya se le puede poner un “Academy Award winner” delante del nombre, encabeza el equipo de hackers de la serie y da vida a Avery Ryan, una agente del FBI que se dedica a resolver crímenes cibernéticos desde que, cuando era psicóloga, alguien le arruinó la vida accediendo a los secretos de todos sus pacientes y revelándolos. James Van Der Beek (Dawson's Creek, Don't Trust the B---- in Apt. 23) interpreta a uno de sus compañeros, Elijah Wood, que como contrapunto a la seriedad del personaje de Arquette funciona. Ambos actores hacen bien su trabajo y forman un duo que es de lo poco respetable de la serie.
En general, CSI: Cyber es todo lo que no debe ser un procedimental. Para empezar, es exageradamente intensa teniendo en cuenta que se dirige a un público, el de CBS, que cena todas las noches con un cadáver en la tele y al que es difícil impresionar. La primera escena del piloto, en la que unos padres gritan desconsolados al descubrir que su bebé ha sido secuestrado, da más risa que pena por la forma tan descarada en que apela la serie a la compasión del espectador. Incluso los chascarrillos y frases lapidarias propios de los forenses de Jerry Bruckheimer se han reducido considerablemente en esta versión, para darle gravedad al asunto.
Como se veía venir, es una serie para tecnófobos. Como dice el jefe de la brigada, interpretado por Peter MacNicol: “Pobres padres, compran una cámara para proteger a su bebé y es lo que hace que le secuestren”. En próximos episodios, seguramente escucharemos cosas como “pobre chica, se hace una cuenta de Tinder para encontrar el amor y acaba quedando con un caníbal” o “pobre hombre, adopta un perrete por internet y cuando va a recogerlo le roban los órganos”. Cuando mi madre pille un episodio en televisión, probablemente se desinstale WhatsApp del móvil.
Igual que las otras CSI, apuesta por planos imposibles de CGI. La única diferencia es que aquí la cámara, en vez de seguir una bala mientras atraviesa el pulmón de una víctima, muestra cómo los datos se mueven por la red. No es nada novedoso, pero tampoco la peor idea visual de la serie, que utiliza unos cambios de zoom insoportables para dar dinamismo a la acción. Si el apartado visual era uno de los puntos a favor de la CSI original (una serie muy digna, cosa que a veces se nos olvida), en Cyber sucede todo lo contrario y es sencillamente espantosa.
En Las Vegas, con tres pinceladas en el primer episodio, Warrick, Catherine, Nick y Grissom ya parecían seres humanos. Aquí, los secundarios (entre los que se encuentra el clásico criminal reconvertido) son, de momento, meramente ornamentales. La cosa cambiará, como es lógico, en las próximas semanas, pero como parejas mejores que la de Arquette/Van Der Beek (que, insisto, tienen su gracia) las hay en muchas series y no hay mucho más a lo que agarrarse, me da que pocos seguirán ahí para verlo.
pues a mi me encato que estuviera liderado por una mujer, no como sus antecesoras, aunque la verdad los efectos cuando pasan de un escena a la otra si son horribles
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