Durante esta temporada, y especialmente estas últimas semanas a raíz de
algunos artículos escritos en importantes portales estadounidenses de
entretenimiento, están abriéndose bastantes incómodos debates —aquí el artículo original de Deadline, la respuesta de Vulture y la disculpa de Deadline— sobre uno de los
temas que más reparo tiene la industria en tratar por la facilidad de
empantanarse en una afirmación confusa o un adjetivo desacertado.
Sabiendo ya que la delicadeza extrema es lo que acaba llevando a error, hoy nos hacemos eco de este tema y queremos debatirlo con
todos vosotros: ¿qué está pasando este año con
las minorías raciales en televisión?
Por todos es conocida esa frase de “el negro es el que siempre muere primero
en las películas de miedo”. ¿Por qué cito este tópico del cine noventero?
Porque sólo había un negro al que referirse y al que matar primero. También es
de conocimiento más o menos público que en televisión hay una cosa denominada target de audiencia y que la mayoría de
series de network (las cinco principales cadenas en abierto) quieren que el suyo sea el más amplio posible para así llegar al mayor número de espectadores. Más espectadores,
más audiencia, más valor del espacio publicitario, más dinero para todos.
¿Por qué os cuento todo esto y qué tiene que ver con las minorías raciales?
Porque si os habéis fijado, en la inmensa mayoría de las ficciones que vemos siempre existe un personaje negro o latino,
que son los dos principales grupos minoritarios en Estados Unidos. Uno, y raro es el caso en el
que hay dos. Y ya si alguno de ellos es protagonista en una serie en el que
todo el reparto principal no pertenece a una minoría étnica, ya es supuesto
objeto de estudio.
Hace años, lo más habitual era que en una serie el casting estuviera conformado por actores de raza caucásica, con pequeñas concesiones a otras minorías cada cierto tiempo, generalmente por razones de igualdad y de responsabilidad corporativa. Recordemos Friends. Hoy, eso sería impensable.
Hace años, lo más habitual era que en una serie el casting estuviera conformado por actores de raza caucásica, con pequeñas concesiones a otras minorías cada cierto tiempo, generalmente por razones de igualdad y de responsabilidad corporativa. Recordemos Friends. Hoy, eso sería impensable.
Del mismo modo que nos referimos a minorías raciales, esta discusión es
perfectamente extrapolable a otras minorías sociales, como es el que caso de
personajes homosexuales o de religiones más allá del cristianismo o el
judaísmo, estos últimos casos mucho menos tratados por motivos de inestabilidad
política en los que ni vamos a entrar porque ahora el foco está en la diversidad racial.
Volviendo al tema, esta “innovación” (o mejor dicho, el hecho de tratarla como tal) es lo que ha causado tanto revuelo. Series nuevas y tan exitosas del calibre de
Empire o How to Get Away with Murder ponen en tela de juicio esa regla del
personaje no blanco único que estaba ahí siempre para dar un aire de diversidad
y representar a un 13% de la población estadounidense, funcionando como reclamo
por el simple hecho de su color de piel con la expectativa de que su presencia
atrajese a más audiencia. La comedia es el género en el que tradicionalmente más sucedía y sigue sucediendo.
Cada vez son más críticos y expertos en la materia que se extrañan o se maravillan
sobre cómo la televisión estadounidense
ha podido dar cabida a series que giren en torno a personajes de otras razas en
tan poco tiempo y en un teórico alto volumen y relevancia, rompiendo así con el patrón que venimos comentando.
Recalcamos el "teórico" porque hay voces que defienden que los estrenos de este año han sido la panacea para el asunto de la representación. Jane the Virgin, Cristela, Fresh Off The Boat, Black-ish… No nos faltan ejemplos que nombrar con mayor o menor éxito y repercusión en las redes sociales e incluso en los repartos de premios. Recordemos que el primer Globo de Oro de la historia de la CW ha sido el de Gina Rodriguez (también conocida como Jane Gloriana Villanueva), una de las actrices revelación del año.
Recalcamos el "teórico" porque hay voces que defienden que los estrenos de este año han sido la panacea para el asunto de la representación. Jane the Virgin, Cristela, Fresh Off The Boat, Black-ish… No nos faltan ejemplos que nombrar con mayor o menor éxito y repercusión en las redes sociales e incluso en los repartos de premios. Recordemos que el primer Globo de Oro de la historia de la CW ha sido el de Gina Rodriguez (también conocida como Jane Gloriana Villanueva), una de las actrices revelación del año.
La polémica se desata cuando sectores torpes (porque no hay otra manera de
definirlos) se atreven a prever un
cambio de tornas en forma de rechazo a esta diversidad cultural tan
prolífica de la temporada con terminología del tipo “tener protagonistas de
color es una moda, y ya se sabe cómo funcionan las modas", en lo referente a la diversidad racial que vemos en los castings para los pilotos del año que viene.
Ha habido artículos que no se han quedado cortos en el lucimiento personal
del autor y van más allá, temiendo que estos últimos castings hayan agotado la
piscina de talento multirracial y acusando a productores y ejecutivos de
modificaciones de guión para acomodar a personajes no caucásicos.
No es una invención de este año pese a que lo pinten como algo tan
rompedor. Sin ir más lejos, series como Scandal o The Mindy Project ya llevan sus buenos
tres años en antena. La novedad es cómo
la gente se lleva las manos a la cabeza (de forma positiva o negativa,
ambas son igual de absurdas) porque los
pelotazos de la temporada no estén encabezados por actores blancos: How to Get Away with Murder... y Empire.
Os trasladamos las preguntas a vosotros: ¿el aumento de series protagonizadas
por minorías étnicas se debe a moda
o a simple y llana progresión hacia una
pluralidad racial en los medios? ¿Alguien piensa de verdad que va a haber
un backlash y que en septiembre se
desate una vuelta radical a los esquemas del personaje de otra raza meramente
anecdótico? ¿Y realmente le damos tanta importancia los espectadores a la etnia de los personajes o es algo que sólo se analiza para hacer estadísticas desde arriba?
Me parece irrelevante, como latino puedo decir que probablemente sea una estrategia de mercado. El color de piel es irrelevante, es la forma en que vivis y el ambiente lo que predice tu raza, no tus genes.
ResponderEliminarEs dysney y nikelodeon siempre hay bastante diversidad
ResponderEliminarYo al menos sí le doy importancia, puedo disfrutar igualmente de una serie con 90% de personajes caucásicos (y esto creo que sigue siendo la mayoría de series) pero prefiero que haya diversidad que creo que es algo importante. No debería afectar mucho a una trama que una médico protagonista, por ejemplo, en vez de blanca sea asiática, latina o negra.
ResponderEliminarYo seré feliz cuando Iris se muera en Flash
ResponderEliminarLo que sorprende (al menos a mí) es que las series de este año no solo están protagonizadas por personajes no caucásicos, sino que abordan en mayor o menor medida lo que supone serlo en Estados Unidos. Scandal y The Mindy Project podrían estar protagonizadas por mujeres blancas y apenas cambiarían. Jane, Empire y Fresh Off the Boat sí.
ResponderEliminarPero vamos, en cuanto vean que no porque las protagonicen actores de color las series se van a convertir en éxito automáticamente, las tornas volverán a cambiar.
¿Es que nadie se acuerda de Anatomía de Grey? jajajaja. Webber, Bailey, Yang, Burke, Warren...
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