Una parte de mí atisbaba la decepción, pero otra se resignaba a creer que el producto original pudiera malograrse hasta tal nivel cuando su versión catódica llevaba tanto tiempo preparándose, bajo la atenta mirada de los fans del género, pendientes del revival slasher. Pero sí, resulta que Scream ‘La Serie’ es una tomadura de pelo para adolescentes sin seso que no aporta nada a la saga y menos al género del horror.
Es cierto que ninguno de los artífices del hit de los 90, véase Wes Cramen y Kevin Williamson, estaba finalmente detrás del nuevo producto televisivo de MTV pero… ¿cómo se puede fallar tan estrepitosamente?
En fin, si en la primera película de Scream los actores eran aceptables, los recursos sorprendían y gustaban y los sustos eran reales, además de la originalidad que ofrecía su metadiscurso sobre el género del cine de terror; en la versión televisiva que acaba de estrenar la cadena de música todo es más que previsible, superfluo y tontorrón… Ni siquiera la primera escena, el primer asesinato, que en las películas era de lo mejor (hasta en las secuelas, que decayeron bastante) resulta creíble o siquiera entretenido. Un rollo total. Eso sí, hemos cambiado las llamadas de teléfono por los vídeos de YouTube y los whatsapps, para estar en sintonía con los nuevos tiempos y medios de comunicación.
Después del nada impactante preámbulo, en Scream comienzan a desenvolverse los clichés y los diálogos estúpidos. ¿De verdad los adolescentes tienen esas conversaciones? Es todo un insulto para las jóvenes generaciones. Si MTV había conseguido algunos logros con series como Ankward o Faking it, se ha cargado este nuevo crédito.
En Scream 'La Serie' tenemos a una chica guapa y popular que quiere ser buena, una lesbiana repudiada que lo graba todo con su cámara, un chico obsesionado con los serial killers, una rubia enrollada con el guapo y joven profesor, un chico nuevo y misterioso y demás hormonados adolescentes. Además de una madre que esconde un oscuro pasado, un poli torpe y un supuesto asesino en serie que no está tan muerto…
En resumen, una revisión fallida de los mismos personajes o recursos de las películas que preceden la serie (excepto el personaje protagonista, que nada tiene que ver con el que en su día interpretara Neve Campbell) que aburre desde el minuto uno. Y no sólo resulta tediosa, sino que no asusta y provoca carcajadas ante la superficialidad y falta de realismo de sus diálogos.
Un despropósito que seguro no tendrá nada que ver con la inteligente vuelta de tuerca del género y la comicidad que parece acompañará a Scream Queens, la próxima serie de Ryan Murphy, que también bebe, aunque de forma más ingeniosa e irreverente, de películas noventeras como Scream o Sé lo que hicisteis el último verano.
Por cierto, no hay que olvidar otra gran decepción: que los creadores de la serie no pudieran finalmente utilizar, por problemas legales, la popular máscara del asesino de Scream, dando lugar a un híbrido que recuerda más a Viernes 13 que a la saga en la que está basada.
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