Cuando recogía su Emmy a la mejor actriz por
Cómo defender a un asesino, Viola Davis, que tenía sobre sus hombros la responsabilidad de ser la primera mujer de color en ganar uno de estos galardones, señalaba, tal como lo había hecho en anteriores ocasiones, la proeza de haber podido contribuir a colocar mujeres como su personaje en la primera línea de la televisión generalista norteamericana. Según ella, era hora de
que la industria de Hollywood dejara de discriminar a las mujeres de color, que raras veces podían acceder a papeles protagonistas.
Davis ya había mencionado que el de Annalise Keating fue el primer papel protagonista que le ofrecieron, después de haber realizado magistrales interpretaciones como secundaria en el cine. Eso, y la posibilidad de encarnar a una mujer negra "real", una abogada de éxito, carismática y atractiva, pero que "no anda como las modelos" (como afirmó recientemente en una de las mesas redondas que organiza The Hollywood Reporter), fue lo que atrajo a la actriz de un papel que, tras su primera temporada, ya le ha granjeado su primer Emmy.
En gran parte hay que agradecer a la productora de esta serie, la influyente
showrunner Shonda Rimes (
Anatomía de Grey, Scandal), que ahora haya más mujeres de color encabezando las series de éxito de la parrilla norteamericana. Antes de crear el personaje de Keating,
ya rompió moldes con el de la glamurosa Olivia Pope de Scandal (interpretada por Kerry Washington), al parecer el primer protagonista televisivo de una mujer negra desde los años 70 (gracias a la Teresa Graves de
Get Christie Love!). Eso sí, ahora los cardados y los peinados
afro no se llevan tanto en televisión como las melenas rectas u onduladas. Precisamente este es un tema que ya se ha abordado en varios medios de comunicación, el por qué actualmente no hay protagonistas femeninas de series con el pelo rizado. Y es que lo único reprochable hoy en día a los fuertes personajes de mujeres afroamericanas como Pope, Keating o la delirante
Cookie de
Empire (encarnada por Taraji P. Henson), es que todas ellas luzcan el pelo planchado o pelucas lisas (como la de Viola Davis en
HTGAWM), melenas que domestican el característico y natural rizo de la mayor parte de las mujeres de raza negra. ¿A qué se debe esto? ¿Una simple moda o una manera de acercar el canon de belleza de estas féminas al de las mujeres blancas?
Aun así, a lo largo de estos últimos años
la diversidad racial y la ruptura con los clásicos estereotipos de género se han impuesto en el Hollywood televisivo. Incluso hemos sido testigos del éxito de una serie con protagonistas latinos como es
Jane the Virgin, que nos presenta a otro tipo de mujer en pantalla, de la misma manera que en su día hizo Mindy Kaling con su serie
The Mindy Project. Mujeres fuertes, con personalidad, autoridad, atractivo y elegancia que han revolucionado la pequeña pantalla.
En el caso de Mindy Kaling, su protagonista y su serie tenían otros retos además de la cuestión racial: el de reivindicar otro tipo de modelo de belleza femenino y el de la comedia hecha por mujeres. Y es que la batalla de las curvas y la hilaridad femenina aún sigue siendo otro cantar en Estados Unidos, y si no que se lo digan a Amy Schumer, que analizaba brillantemente la controversia en Debating the dildo, magistral capítulo de Inside Amy Schumer a modo de parodia del clásico Doce hombres sin piedad con la participación de grandes comediantes norteamericanos. ¿Podían las mujeres ser realmente graciosas?
Pese a estos logros en materia de diversidad racial y de género, todavía podemos ver cantidad de personajes estereotipados en las series, piedras en un camino que tantas artistas buscan allanar. Ahí tenemos este otoño al personaje de la agente de seguridad Denise de
Scream Queens (Niecy Hash,
Getting On), que responde al clásico de la policía/funcionaria gritona que tanto hemos visto también en las películas americanas.
El éxito de la normalización llegará, como ha afirmado en algunas entrevistas la propia Shonda Rimes, cuando estos temas no sean de actualidad o interés, o artículos como este no tengan razón de ser.
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