Después de una season finale anticlimática y un tanto sosa, el noveno episodio de la sexta temporada de The Walking Dead, No Way Out, ha confirmado todas las bondades que productores, guionistas y actores han ido diciendo durante estas últimas semanas. En efecto ha habido muchos zombies, muchas muertes y algunos momentos realmente brillantes.
Habrá que hacer un nuevo recuento de bajas cuando la temporada llegue a su fin y el esperado Negan empiece a hacer de las suyas, pero este No Way Out nos ha dejado algunas muy importantes (aunque podrían haber sido más). A menudo The Walking Dead pone a los personajes en situaciones sin salida cuya única opción es acabar con ellos. En ese punto estaban Ron y Sam, el primero porque nunca iba a cesar sus ansias de venganza hacia Rick y Carl, y el segundo porque estaba tan traumatizado que no era capaz de aparentar normalidad. Aquel ‘mommy’ con el que nos llevábamos las manos a la cabeza no era literal sino un adelanto de lo que iba a ocurrir un poco adelante. El eslabón suelto era Jessie, cuya posición tras perder dos hijos era insostenible para la serie y lo más cómodo era que ella también cayera a manos de los zombies. No se iban a ir los chicos sin dejar daños colaterales y Carl el encargado de sufrirlos. Sabíamos que en algún punto del cómic perdería un ojo, pero no sabíamos ni cuándo ni cómo sería introducido en la serie. Este cambio puede ser el catalizador emocional de The Walking Dead en los últimos episodios de la temporada.
Aparte de las historias principales de Rick, Daryl y compañía, No Way Out nos ha contado otras historias pequeñas de personajes secundarios que juntas han desembocado en el leitmotiv del capítulo, que no es otro que el levantamiento de todos los habitantes de Alexandria contra una amenaza común, todos ellos trabajando juntos. Por un lado Denise, rehén del líder de los Wolves ha acabado venciendo sus miedos y actuando con la diligencia que le ha faltado hasta ahora. Por otro, el padre Gabriel, que ha dado un paso adelante siendo útil por primera vez, primero ofreciéndose a cuidar de Judith y después asumiendo la valentía para empuñar su cuchillo, Enid, que ha empezado a pensar en común, y así todos los habitantes se han unido a Rick en su lucha suicida comprendiendo al fin que todas las barbaridades que han visto hasta ahora han llevado el nombre de la supervivencia.
Como era de esperar, muchos personajes principales han estado al borde de la muerte. Especial angustia nos han causado Glenn y Maggie hasta que han llegado los refuerzos, otra vez con Daryl al frente salvando la situación como hizo un rato antes matando a los secuaces de Negan. Por supuesto, en un episodio en el que han ocurrido tantas cosas tiene que tener un ritmo muy alto, pero las secuencias de acción han sido muy confusas por culpa de la sucesión de imágenes rápidas y la caída de la noche para disimular errores. Más acertado ha estado el montaje paralelo en los momentos más dramáticos entre la trama de Denise, la de Gabriel y la de Glenn, que ha conseguido elevar la tensión en un momento de calma momentánea. La fotografía lleva un tiempo algo descuidada, una pena porque la planificación es estupenda e imágenes más bellas darían una mayor énfasis a la serie estéticamente. Al habitual buen trabajo de Greg Nicotero tras las cámaras, hay que sumarle un par de detalles del cine de serie B que una serie de estas características podría utilizar más a menudo. La primera son los flashes que Rick tiene de Jessie cuando la muerden, que después aparecen en rojo cuando ha de cortarle el brazo. El otro es cerca del final cuando nos muestra las imágenes de todos los habitantes golpeando caminantes, en un plano fijo montado uno tras otro, que muestra cómo todos están unidos al fin.
Por último, la brillante secuencia en la que Rick sujeta la mano de Carl y le cuenta cómo los habitantes de Alexandria les han ayudado a acabar con la horda y que reconstruir el pueblo es posible demuestra que The Walking Dead es mejor serie cuando consigue el equilibrio entre acción y drama. La relación entre padre e hijo probablemente será la que lleve el peso dramático hasta el final de la temporada. Por tanto, esperamos que la calma dure bien poco porque Negan ya está cerca, ya estamos esperando conocerle y que empiece el drama.
¿Qué os ha parecido el regreso de The Walking Dead? ¿Cuáles creéis que han sido sus mejores momentos? ¿Cuáles creéis que han sido los errores de No Way Out?
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