Artículo publicado el 22 de febrero de 2016
Hulu no ha tenido la misma facilidad que Netflix (House of Cards, Orange is The New Black) y Amazon (Transparent, Mozart in The Jungle) para que se le tome en serio como productora de contenido original. Mientras que otras plataformas pudieron apostar desde el principio por grandes producciones, hasta el momento Hulu se ha dedicado a comprar producciones británicas y a producir series de muy bajo presupuesto.
La cosa cambió con Casual, que se estrenó este otoño y ya os recomendamos por aquí, y The Mindy Project, que rescataron del mismo modo que hizo Netflix con The Killing o Longmire. 11.22.63, aún así, marca un antes y un después en la historia de Hulu, pues se trata de su producción más ambiciosa hasta la fecha. Esta miniserie adapta el libro homónimo de Stephen King, que cuenta cómo un deprimido profesor de literatura viaja en el tiempo para detener el asesinato del presidente Kennedy en 1963.
Con J. J. Abrams como productor, James Franco en el papel protagonista y Kevin Macdonald (State of Play, How I Live Now) como director del primer episodio, esta versión “televisiva” de una de las obras recientes con mejor acogida de King parecía una apuesta segura. El primer episodio cumple sin duda en lo formal: la ambientación está realmente conseguida y hay muchísimos exteriores (pese a que hubiese sido mucho más fácil limitar las escenas de calle como hace, por ejemplo, Agent Carter). Además, la miniserie es de momento bastante fiel a la obra, aunque decide alterar el orden de los acontecimientos para enganchar al espectador.
Ahora bien, como Hulu ha preferido lanzar la serie semanalmente y no del tirón como hacen sus competidores, 11.22.63 sufre de un caso grave de pilotitis. Los creadores de la serie han optado por quitarse cuanto antes las presentaciones de encima y, en pocos minutos, Jake Epping (el profesor interpretado por Franco) decide embarcarse en esta descabellada aventura. Detalles como el choque cultural que supone viajar al pasado, las posibles consecuencias del popular efecto mariposa y las motivaciones personales del protagonista se reducen todo lo posible para que la acción arranque cuanto antes.
Aunque si algo hay que resaltar positivamente de 11.22.63 es lo bien que construye la tensión de ciertas escenas. No es una serie de terror, como tampoco lo era la novela original, pero los momentos inquietantes, en los que el pasado parece querer expulsar a Epping y enviarlo a su propia línea temporal, son los mejor conseguidos del piloto. Por desgracia, no hay nada que nos haga conectar especialmente con el protagonista y da la sensación de que James Franco no era el actor más apropiado para el papel. No se puede decir que no tenga carisma, pero la imagen que desprende poco tiene que ver con el perfil del personaje, y no resulta creíble embutido en él.
El primer episodio avanza en diferentes frentes sin demasiada coherencia, de modo que más que un capítulo de televisión, parece un fragmento de una película de ocho horas, y llega un punto en el que los ochenta minutazos de duración acaban pesando. Eso sí, planta un chliffhanger que invita a volver la semana que viene.
Si 11.22.63 consigue que conectemos más con su protagonista y potencia aquello que se le da bien, puede acabar siendo una miniserie muy entretenida. De momento, no acaba de conseguir que todo le funcione perfectamente y no brilla con la fuerza que cabría esperar de una apuesta tan potente. ¿Tenéis ganas de ver más?
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