Siempre he tenido en cuenta que en las series se nos presentan personajes de ficción y, por tanto, no sé si tiene mucho sentido criticar sus acciones. Todo lo que hacen o dejan de hacer estos personajes es obra de un equipo de guionistas que han pactado ese camino, equivocado o no. Bien, pues esta serie pretende reflejar los prejuicios y comportamientos insanos que caracterizan a nuestra sociedad, y podríamos criticar las decisiones tomadas para conseguirlo. En esta segunda tanda, primero se nos habló de las violaciones a chicos, algo que a mi entender pasa totalmente desapercibido hoy día. Y acabó derivando en un tiroteo, bastante más común de lo que debería, haciéndonos entender que tras las acciones de una mente perturbada puede haber mil razones, mil excusas, mil justificaciones.
¿Qué lleva a un chaval a matar a sus compañeros de instituto? Enfermedades mentales, bullying, depresión, un deficiente control de armas, drogas, una violación. O todas ellas a la vez. No importa el desenlace, sino el camino. A quienes estén de acuerdo con esto les habrá encantado el final de esta segunda temporada.
Leslie Graham es una mujer fuerte, decidida y muy inteligente. Odiada por muchos -he llegado a leer que es una zorra manipuladora-, consiguió hacer frente a los problemas y salir a flote, evitar que su elitista instituto privado se hundiera con la polémica. Evitó hundirse con la polémica. Actuó siempre en beneficio de Leyland, lo cual conllevaba su propio beneficio (o viceversa), sabiendo esquivar siempre la dimisión. Es más de lo que puede decirse de cualquier político actual, que rehuye la retirada incluso destrozando su propio país. Finalmente, perdió su puesto. ¿Fue justo? ¿Fue necesario? Yo entiendo que sí, pero ese momento solo llegó cuando un padre preocupado por su propia familia, peleó por la venganza.
Dan Sullivan siempre consideró el equipo de baloncesto como parte de su vida. Eso no ha de significar a la fuerza algo bueno. Cuando tus ambiciones dependen de otros, llega el problema. No supo ver que había una crisis en su proyecto y, cuando pudo aceptarlo, ya era tarde. Además, poco importó el fracaso de su proyecto cuando otro escándalo relacionado salpicó a su familia. Su hija tenía parte de culpa, pero intentó a toda costa que nadie lo supiera. ¿Intentarías por todos los medios exonerar a tu hija? ¿Lo harías atacando a otros?
Chris Dixon habría dirigido perfectamente su colegio si no hubiera ocurrido nada en Leyland. Todo su esfuerzo, todo su trabajo, ha acabado resumiéndose en un error. Solo se recordará un comportamiento imprudente basado en prejuicios racistas. ¿De verdad los hubo? ¿Es racista proteger a quien crees justo? ¿Es racista proteger a los tuyos? ¿Y los LaCroix? ¿Su fortaleza crece a raíz de sufrir discriminación durante décadas? ¿La han sufrido ellos directamente o solo se basan en la sufrida por sus predecesores? ¿Es racismo lo que les lleva a actuar así? ¿Quién es Kevin LaCroix para sus compañeros y por qué el mundo gira a su voluntad? ¿Es el poder lo que importa seas de la raza que seas?
Mil versiones. Sé que viendo la misma historia cada uno ha podido formar opiniones muy distintas, luego el trabajo del equipo creativo ha sido inmejorable. Y llegó el final de la historia, pero se les olvidó mostrárnoslo. Surgen mil preguntas. ¿Aceptarías pasar diez años en la cárcel, incluso creyéndote inocente, simplemente por no aceptar la ayuda de tu violador? ¿Ayudarías a quien te acusa injustamente de violación si eso significa que pagarán los verdaderos culpables?
Hemos disfrutado el camino, no hay duda, pero necesitamos un final. Echamos en falta un cierre porque no nos gusta haber empatizado con los dos chicos sabiendo que uno de los dos miente. Leslie, Chris, Becca e incluso Sebastian han sufrido las consecuencias de sus actos y hemos podido comprobarlo, pero nunca sabremos qué pasó con Eric y Taylor. Ni siquiera sería necesario conocer las decisiones que tomaron en el último momento, pero no habría estado mal saber quién tenía razón. Quizás ambos estaban equivocados. Quizás ambos estaban en lo cierto, si es que eso es posible. Pero no es eso lo que John Ridley, su creador, quiere contarnos. Esto no es un thriller, no es un drama lleno de suspense. No importa si Taylor fue violado. No importa si acepta la ayuda de Eric. Importa que sepas identificar comportamientos similares en tu entorno, que valores su importancia, que actúes en consecuencia, que formes una opinión clara. Hay racismo, hay bullying, hay violaciones cada día y en todas partes. Aprended algo de esto, muchachos. Como la vida misma.
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