El niño de la película La profecía regresa 40 años después bastante más crecido y aterriza en la pequeña pantalla en forma de secuela. La serie creada por Glen Mazzara, productor ejecutivo de las cinco primeras temporadas de The Walking Dead, llegó la semana pasada a la cadena A&E, tras el estreno de la cuarta temporada de Bates Motel.
La secuela se centra claramente en el personaje de Damien Thorn (Bradley James), el cual tiene ahora 30 años y es fotógrafo profesional, pero desconoce totalmente su pasado y cuál es su destino. La serie, por tanto, se centra en ello, en recordar a Damien su cometido y, para ello, cuenta con el personaje de Ann Rutledge (Barbara Hershey), una misteriosa mujer que traerá de vuelta los recuerdos de su pasado. Hasta aquí todo bien, el problema es que estos son los únicos personajes interesantes de la serie, ya que los demás no lo son en absoluto, al menos de momento. El amigo de Damien, aunque se esfuerza, no supone ninguna aportación a la serie; y qué decir de la hermana de la fallecida amiga de Damien, Kelly. Esto exige que el protagonista haga una interpretación soberbia y, no es este el caso. De hecho, es bastante soso y falto de carisma. Si a esto le sumamos el papel de víctima constante que tiene que interpretar y la atmósfera caótica y mortífera que le rodea, nos da como resultado un personaje bastante aburrido. Esperemos que conforme avance la serie y comprenda quién es logré convertirse en un personaje más entretenido.
La serie evoca de forma constante a la película La profecía en los flashbacks que sufre el protagonista y cuenta con la banda sonora de dicho film, pero también se deja llevar por muchos tópicos típicos del tema sobrenatural. Esto no quiere decir que sea malo —de hecho es normal, dado el tema que trata—, pero puede resultar pesado para los amantes del género y desembocar en una serie que no llame la atención y aburra a los espectadores. Tengamos en cuenta que hay muchas adaptaciones de terror y resulta difícil llamar la atención a la audiencia; de hecho, ya hemos visto el fracaso de muchas de ellas en los últimos años. También puede que pase sin pena ni gloria como Bates Motel, de la que muchos se cansaron. Lo que es cierto es que la adaptación de un gran clásico exige mayor esfuerzo y no es el caso de Damien, más bien parece que hayan creado la serie a la ligera, sin pensar en la repercusión que pudiera tener.
A pesar de todo, la serie tiene una excelente fotografía —y, menos mal, ya que es la profesión del protagonista— y cuenta con el ambiente oscuro y frío necesario para una serie de terror. Esto, acompañado de la atmósfera de misterio que envuelve al personaje principal y los elementos eclesiásticos que aparecen constantemente, le ayudan a generar un escenario adecuado al tema, pero esto no salva a ninguna serie: hacen falta muchos más elementos para conseguir el éxito.
En resumen, todo depende de cómo el creador explore este universo oscuro, si va a llamar la atención u ofrecer algo nuevo, o simplemente nos vamos a encontrar con otro producto superficial y decepcionante, tal y como nos están ofreciendo últimamente. Y, sobre todo, ayudaría que el personaje principal evolucionara y se volviera interesante.
¿Qué opináis vosotros? ¿qué os ha parecido el estreno de Damien?
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