Que Scream mantuviese el nivel de la saga en la que se basa era, quizá, mucho pedir. La línea entre la parodia del género de terror y el ridículo inexcusable es muy fina y, en su primera temporada, la serie de MTV la cruzó muchas veces. Los personajes se ríen constantemente de lo estúpidos que son los protagonistas de los slashers y caen una y otra vez en los mismos errores, pero aceptamos barco porque, como diversión veraniega vacíacocos, da el pego.
Pasar por alto sus defectos y seguir viéndola es demasiado fácil (más todavía desde que Netflix España sube los episodios a su plataforma el día siguiente a su emisión). Por eso muchos hemos decidido volver a visitar Lakewood este año para encontrarnos más de lo mismo. Es, en cierto modo, como veranear siempre en el mismo sitio: tiene cierto encanto hasta que acabas aborreciéndolo. Y lo mínimo que podían haber hecho los guionistas de Scream para recompensarnos es haber pulido un poco los puntos flacos de la serie, como sus personajes increíblemente planos.
Han pasado solo tres meses desde el final de la primera temporada y Emma ha vuelto a su pueblo con varios traumitas (lógicos cuando han intentado matarte). Por allí pulula un nuevo asesino que, durante estos tres primeros episodios, ha preferido pasar desapercibido y esconder sus crímenes mientras se dedica a atormentar a Audrey, a la que amenaza con inculpar. Es decir, que Scream nos vuelve a proponer el mismo juego de la primera entrega: adivinar quién lleva la máscara de Ghostface (la versión de baratillo) mientras dosifica semanalmente unas muertes con las dosis mínimas de gore para dejarnos contentos.
A su favor hay que decir que, de momento, no es nada obvio quién puede estar detrás de los crímenes y que, a base de seguir sus vidas, hay personajes que nos caen bien: Brooke y Noah, por ejemplo, serían grandes pérdidas para la serie si caen víctimas del asesino. También tiene su gracia ver hasta qué punto tiene manchadas las manos de sangre Audrey: ¿Simplemente fue la culpable de que Piper llegase a Lakewood? ¿Era consciente de lo que hacía la podcaster cuando se reunía con ella? ¿Llegó a matar a alguien ella misma? Estoy convencido de que nos están vendiendo humo, pero démosle a la serie la oportunidad de sorprendernos.
Por otro lado, los diálogos de la serie siguen dando bastante vergüenza, las referencias cinéfilas quedan muy forzadas (hay una escena en la que Noah habla de la decepción que sintió cuando fue a ver El proyecto de la bruja de Blair pese a que él como mucho tendría un año en 1999), los actores no han mejorado mucho con el tiempo y en muy pocas ocasiones es capaz de generarnos un mínimo de tensión. Parece que la única crítica a la que hicieron caso es la de que su reparto era insultantemente blanco, y por eso literalmente todos los personajes nuevos de la serie son afroamericanos o latinos.
Así que hay que ver Scream como lo que es: una serie justita cuya existencia olvidamos cuando no está en antena pero que para ver con un granizado en la mano no está mal. Ya decidiremos cuando se emita la season finale (la del año pasado fue muy digna) si volvemos el año que viene y if the high was worth the pain.
Por cierto, ¿quién creéis que será el asesino? Yo apostaba por Emma hasta el tercer episodio, donde "comparte" habitación de hotel con Ghostface. Siempre puede tener un cómplice, pero estoy menos convencido. ¡Especulemos!
Por cierto, ¿quién creéis que será el asesino? Yo apostaba por Emma hasta el tercer episodio, donde "comparte" habitación de hotel con Ghostface. Siempre puede tener un cómplice, pero estoy menos convencido. ¡Especulemos!
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