Desde que John Landgraf introdujera el concepto de Peak TV hace aproximadamente un año en el tour de prensa de la Television Critics Association la industria televisiva ya no se mira con los mismos ojos. El director de la cadena FX manifestaba su preocupación por la ridícula cantidad de proyectos que se están llevando a cabo en territorio estadounidense y, este año, después de volver a advertir sobre el delgado límite productivo que están a punto de traspasar las principales cadenas, ha enfatizado en el papel del que realmente podría ser el gigante por antonomasia de esta “sobreproductividad” de material televisivo: Netflix.
La plataforma de visionado online ya cuenta
con 71 proyectos, incluidos los ya estrenados y los ya anunciados. Aún mejor,
de estos 71 solo forman parte aquellos de origen estadounidense, es decir, que
no se habla sobre las series internacionales con las que se maneja Netflix
alrededor del globo, y tampoco aquellas destinadas a un público infantil. La
cantidad es tan grande que los guiones que los mandamases de Netflix tienen
entre sus manos superan al número que tienen HBO, Showtime, Starz y FX
juntas.
Por ello, es bastante lógico pensar que la
burbuja en la que se encuentra la industria televisiva no estallará este 2016,
como afirmaba Landgraf hace aproximadamente un año. En 2015, el número de
guiones pertenecientes a series completamente originales superaba los 400 y
últimamente no ha hecho más que aumentar. Según los datos del jefe de FX, hasta este julio se han registrado
unos 320 guiones entre las cadenas americanas. Claramente, una bajada en la
cantidad de proyectos pendientes a realizar es muy poco probable, pero la opinión de Landgraf se sostiene en un argumento que hizo respecto a Netflix:
el director dijo bromeando que está convencido de que no podrán aumentar su
producción dentro de dos años ya que acabarían cubriendo la superficie total
del planeta con sus series. Pero, obviando la naturaleza cómica del comentario,
no parece que Netflix vaya a disminuir el ritmo de producción que está
empleando actualmente. Al contrario, podría duplicarlo perfectamente.
El formato de visionado que ofrece Netflix se
aleja totalmente del tradicional y rompe con el concepto de “televisión
lineal”. Las series y películas que ofrece la plataforma no únicamente pueden
ser visionadas cuando y donde el cliente quiera, sino que la compañía ofrece la
temporada en su totalidad a partir de un mismo día. Siendo así, es de esperar
que la productora intente ofrecer la mayor cantidad de series durante el mayor
tiempo posible. El libre albedrío que supone este formato de visionado disminuye
el tiempo y espacio que las series ocupan dentro de los calendarios de cada
espectador. En general, los usuarios de
Netflix son un pozo sin fondo. Al no ofrecer una serialización semanal del
producto, la plataforma necesita lanzar nuevos productos para satisfacer la
demanda del cliente y llenar el agujero que la serie anterior ha dejado en él.
Stranger Things es un ejemplo perfecto. A pesar
del furor mediático que ha causado desde el día de su estreno, el producto en
sí ya se ha acabado. Una destacable horda de fans ya está a la espera de su
segunda entrega, después de que algunos hayan disfrutado de la serie durante dos
días o menos. La misma Orange is the New Black levanta mucho ruido cada vez que se estrena una nueva entrega y, a pesar de cómo acabó su cuarta temporada, ya no se ha vuelto a hablar de la serie protagonizada por Taylor Schilling y compañia, mientras que el furor de Game of Thrones dura las diez semanas que cada temporada está en antena.
A pesar de que cuenta con un catálogo
bastante satisfactorio, Netflix necesita seguir cubriendo su papel como
productora y anunciar nuevos proyectos. Landgraf comentó que, ni aún teniendo todo el dinero del mundo, podría supervisar 71 series al mismo tiempo. FX ha
conseguido nada más y nada menos que 53 nominaciones a los Emmy, superando otra
vez a Netlflix, como afirma el Landgraf, y quedando únicamente por detrás de
HBO. El líder de FX Network controla más o menos 17 proyectos actualmente y, si se compara con las 71 series que quiere llegar a producir Netflix, es razonable preocuparse sobre la calidad de cada producto. De acuerdo con Landgraf, las series de televisión no se pueden fabricar en masa ya que "no pueden ser creadas por ingenieros porque los consumidores necesitan productos con tamaños uniformes y formas diferentes". La codiciosa meta a la que quiere llegar Netflix pone en peligro el método de productividad de sus proyectos. Es bastante fácil caer en un algortimo para seguir un modelo esquemático que garantice un triunfo considerable en cada serie que estrene.
Las preocupaciones de Landgraf continuan en el afán de recalcar sobre la necesidad actual de "tranquilizar" el panorama de la industria actual. Lo más preocupante es la situación en la que se encontrará Netflix dentro de un año: ¿Es de esperar que la calidad de la plataforma online mengüe? O ¿se
puede apreciar ya mismo una bajada en el listón de sus series?
Netflix es Netflix, y a pesar de estos datos nada le puede quitar la importancia que la plataforma ha conseguido a lo largo de estos últimos años. Sus series han ayudado a darle voz a diferentes colectivos y ha conseguido innovar en la misma narrativa que puede llegar a emplear un producto televisivo. Pero, a pesar de que la televisión está viviendo sin duda su mejor época, parece que el medio está condenado a caer en una sobreproductividad que acabe abarrotando el saco.
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