El pasado jueves 13 de Octubre se estrenó en USA Network la serie Falling Water, producida por Gale Anne Hurd (The Walking Dead) y Henry Bromell (Homeland). Junto a ellos, también tenemos como productor ejecutivo al español Juan Carlos Fresnadillo, quien, a su vez, se encarga de dirigir el episodio piloto.
La serie parte de una premisa de lo más interesante, ya que navega por el mundo de los sueños y el subconsciente, dándole casi la misma importancia a la realidad que a dicho mundo. Para desarrollar esto, la serie cuenta con tres protagonistas, quienes no se conocen entre sí, pero que estarán interconectados por un mismo sueño. Sin duda, la serie explora un universo muy llamativo e interesante y, sobre todo, desconocido como son los sueños. Pero, a pesar de ello, la serie ha pecado de pretenciosa, jugando desde un primer momento con grandes dosis de misterio. Tanto, que en muchas ocasiones el espectador está perdido y no se distingue con claridad si el protagonista está en el mundo real o en el del sueño.
Tanta ha sido la obsesión de los productores por dejarnos con la boca abierta desde un primer momento que, en cierto modo, no han conseguido perfilar bien los personajes. Es decir, apenas los conocemos y ya nos sumergen en sus sueños y en sus deseos más internos. Podrían haber empezado más lentamente, presentándonoslos mejor para poder conectar con ellos y, así, sumergirnos en sus mentes de forma más fructífera. Sin embargo, optan por un inicio mucho más abrupto que hace que te pierdas.
La serie cuenta en su reparto con Lizzie Brocheré (American Horror Story: Asylum) en el papel de Tess, una cazatendencias que siempre sueña con un niño al cual no conoce; Will Yun Lee (Hawaii 5.0), quien interpreta a Taka, un investigador policial que tiene una madre en estado catatónico y que sueña con poder comunicarse con ella; y con David Ajala, que interpreta a Burton, un jefe de seguridad de una empresa, que sueña con su novia desaparecida. Como he dicho anteriormente, todos ellos formarán parte de un mismo sueño o estarán conectados de alguna forma, a pesar de no conocerse entre ellos, ¿qué pueden tener en común estos tres desconocidos?
En el piloto, Tess, con la esperanza de encontrar a ese supuesto hijo que le acosa en sueños, se somete a una investigación donde tiene que interactuar con otro sujeto en un mismo sueño. Toda está investigación y misterio no ha podido más que recordarme a Fringe, sobre todo cuando Olivia se introducía en el tanque de agua, elemento también muy recurrente en esta serie, ya que en casi todos los sueños aparece. Supongo que esto será importante, teniendo en cuenta el título de la serie.
Así se presenta Falling Water, una apuesta con multitud de preguntas en el aire que arriesga con un tema complicado y con una atmósfera demasiado misteriosa. ¿Conseguirá la serie llamar la atención con tanta incertidumbre?
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