The Crown es una de las producciones más costosas de Netflix hasta la fecha y la inversión económica se refleja en una serie que encanta, no sólo con su puesta en escena apoteósica, sino que también con su relato bien construido, pausado, con momentos intensos, diálogos sinfónicos y donde la empatía es la clave de la historia.
The Crown nos relata los años de juventud de Isabel II, cómo fue su coronación y el alto coste personal que debió pagar al hacerse cargo de un título que no buscaba. Bajo una narrativa dual, la serie también nos habla de la política británica en los años 50 y la relación de la reina con el primer ministro Winston Churchill.
Esta serie cuenta con un argumento sólido y con un claro objetivo conmovedor que no se pierde de vista a medida que la historia avanza hasta cumplir sus diez episodios. The Crown camina de forma orgánica, donde cada capítulo funciona con su propio clímax, pero que convergen en un relato cargado de contenido y emoción.
Contar una historia no es sólo inventar o recordar hechos del pasado, sino que es seleccionarlos y asociarlos para construir una narración novedosa y cohesionada. The Crown entiende esta fórmula con naturalidad y ofrece un relato que nos permite entender la emoción que impulsa a Isabel II a hacer lo que hace.
Por lo anterior, la construcción de sus personajes es detallada, creados con gran astucia y desarrollados para generar empatía. En esta línea, el reparto de la serie está cuidadosamente seleccionado y la competencia de cada actor se manifiesta en perfectas ejecuciones. Destacan, por supuesto, el desempeño de su protagonista, Claire Foy (Wolf Hall) como Isabel II y la de Matt Smith (Doctor Who) en el rol de Philip Mountbatten. Ambos le otorgan a la serie una dimensión cautivadora.
Peter Morgan, creador de la serie y un guionista reconocido en las escena del cine, televisión y teatro, ha escrito cada uno de los episodios, dotándolos con un transfondo de investigación histórica que resulta impresionante, digno de un categoría de docudrama. Una de las películas de Morgan es The Queen, historia que sigue cómo la reina Isabel II gobernó en los años 90 y se enfrentó a la muerte de la princesa Diana. Aquella película –ganadora de un BAFTA a mejor filme y con 6 nominaciones a los premios Oscar en 2006–es parte de lo que ya parece una antología de la reina de Inglaterra y que este guionista se ha propuesto escribir.
Y si de grandes nombre se trata, a Morgan se le suma Stephen Daldry a cargo de la dirección de los primeros episodios. Él ha sido nominado a los premios Oscar por películas como Billy Elliot o The Hours, y su trabajo en The Crown marca un tono cinematográfico que se mantiene durante toda la serie.
En esta línea, el vestuario de la serie –que juega un rol importantísimo a la hora de caracterizar a la monarquía– ha sido desarrollado por Michele Clapton quien ha estado a cargo del vestuario de Game of Thrones durante sus primeras cinco temporadas, ganando dos premios Emmy por Outstanding Costumes for a Series en dos ocasiones, incluyendo uno el año 2016 por la season finale de la serie de los dragones.
The Crown es una producción diseñada, desde sus cimientos, para convertirse en una apuesta que le siga entregando prestigio al gigante del streaming. La serie, más allá de ser la más cara de la historia, está a la altura de producciones de Netflix que ya son reconocidas por la crítica, como por ejemplo, Orange Is The New Black o House Of Cards. Esta historia de la reina Isabel II es una honesta declaración de “deseo ser la mejor serie de 2017”.
COMENTARIOS