Si algo malo tiene esta burbuja de series en la que estamos inmersos es que cada temporada tenemos que despedirnos de varias series que nos han acompañado durante varios años de nuestra vida. Por suerte, cada vez son más las que consiguen acabar en sus propios términos y no porque hayan sido víctimas de la cancelación. Con el 2016, se marchan unos cuantos títulos que, sin duda, echaremos mucho de menos. Los repasamos:
10. Awkward
Una de las comedias de instituto más ácidas e irreverentes
de los últimos años nos dijo adiós en mayo. Quizá se centró demasiado en la
relación entre Jenna y Matty hasta el último momento, pero gracias a
secundarios tan geniales como Sadie y Lisa (y a no tomarse nunca demasiado en
serio a sí misma), Awkward siempre
fue capaz de sacarnos más de una carcajada.
9. Banshee
Banshee siempre fue puro entretenimiento, con las
dosis perfectas de sexo y violencia. Pero, además, con el paso de las
temporadas demostró que podía contar cosas mucho más interesantes de lo que nos
podía parecer en un principio. No solo nos hizo vibrar con algunas de las
peleas mejor coreografiadas de la televisión, sino que consiguió que
conectáramos con Lucas Hood y su historia.
8. Gravity Falls
El verano que Mabel y Dipper pasaron en Gravity Falls tenía
que acabarse inevitablemente, y por eso la serie de Disney duró apenas dos
temporadas. Tiempo de sobra para presentarnos a unos personajes a los que era
imposible no cogerles cariño, desarrollar una mitología que no tenía nada que
envidiarle a series como Fringe, y narrar una historia de madurez universal.
Porque ser una serie de dibujos para niños (que no fingía otra cosa) no está
reñido con ser brillante.
7. Rectify
El tempo y la sensibilidad que ha demostrado Rectify a lo
largo de su andadura no son fáciles de encontrar en otras series. 50 % de drama
familiar y emocional cargado de matices; 50 % de reflexión sobre la condición
humana y los males del sistema judicial estadounidense. Rectify era única y el
hueco que deja en nuestras pantallas, pese a ser una serie tan pequeña en
apariencia, es muy grande.
6. The Fall
Una serie de asesinatos en la que conocíamos la identidad del asesino desde el principio. The Fall tenía otras intenciones: en lugar de inquietarnos con un misterio, lo hacía mostrándonos el día a día de un asesino en serie como Paul Spector, que en apariencia podía ser uno más de nosotros. Al otro lado, Stella Gibson, uno de los personajes televisivos de la década, que se negó en rotundo a fomentar ni un solo estereotipo de género.
5. Vis a vis
La juzgamos pronto y mal por subirse al carro de Orange Is the New Black, y estábamos muy equivocados. No se pueden negar sus influencias, pero Vis a vis logró ser otra cosa muy distinta: un thriller trepidante y cargado de giros que mantuvo a sus fans al borde del sofá durante dos temporadas. Es raro que se hagan series de género en España, y más aún que se hagan tan bien como esta. Sin duda, la serie de Antena 3 merecía mejor suerte.
4. Masters of Sex
Con la sangría de adeptos que fue sufriendo con el paso de las temporadas, no sorprende el abrupto final de Masters of Sex. Pero no lo merecía. La serie de Showtime era mucho más que una fascinante tensión amorosa entre dos personajes tan complejos como Virginia Johnson y Bill Masters: también hablaba de la sexualidad humana como ninguna otra ficción ha sido capaz de hacerlo. Y escuece la sensación de que se marcha justo cuando iban a adentrarse en la etapa más interesante de la vida de estos dos investigadores.
3. Person of Interest
Su primera temporada no cumplió las expectativas, pero los que
tuvieron un poco de paciencia y siguieron con ella descubrieron que Person of
Interest era una de las series de ciencia ficción más arriesgadas e interesantes de la
actualidad. Trató el tema de la inteligencia artificial con una profundidad
digna de aplauso y, con la llegada de Shaw y Root, redondeó un equipo
protagonista con una química extraordinaria. Sus escenas de acción, por cierto, también
eran de lo mejor de la pequeña pantalla.
2. Penny Dreadful
La apuesta por el terror gótico de Showtime echó el cierre por sorpresa (aunque por decisión de su creador). Concluía así el viaje de Vanessa Ives y nos despedíamos de la soberbia interpretación de Eva Green. Visualmente, pocas series le pueden plantar cara, pero Penny Dreadful no jugaba solo al mal rollo, sino que con su mezcla de personajes míticos de la literatura acabó armando un relato que merecía mucho la pena seguir.
1. The Good Wife
Alicia Florrick llegó a la televisión en un momento en que los dramas de abogados eran un género en peligro de extinción y el cable le había robado todo el prestigio entre los críticos a la televisión en abierto. Pero, durante muchos años, un procedimental de abogados fue, para muchos, la mejor serie en emisión. Sus casos nunca eran iguales y siempre servían para contar algo, sus personajes derrochaban carisma, sus diálogos ingenio y contaba con una protagonista excepcional. Y, hasta que otra le quite el puesto, presume de ser la última serie de network que estuvo nominada al Emmy a la mejor serie de drama.
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