Tras casi ocho años en pantalla, The Vampire Diaries ha llegado a su final y nos ha dicho adiós con un desenlace emotivo, correcto y necesario. Ha apostado por lo seguro y la serie se puede despedir tranquila.
Seré muy clara: Soy de esas personas que han gozado con el último capítulo de The Vampire Diaries y presento esta crítica con una cara muy sonriente, porque es agradable terminar con un final que pague el tiempo invertido. Por supuesto que le encontré defectos, pero en general me parece que dio lo mejor de sí en aquellas historias que sabe son de su dominio como, por ejemplo, la de Katherine.
La aparición de esta villana adorada por el público fue en el minuto preciso y de la forma más impactante. Nina Dobrev estuvo muy divertida en el personaje, pero eché en falta más escenas con ella. Katherine se pasó el episodio sin poner demasiada acción, pero eso sí, tuvo unos diálogos muy bien escritos.
Por otra parte, Bonnie logró recuperar su magia y salvó a Mystic Falls de ser quemado por la llamas del fuego que Katherine desató para destruirlo. Julia Plec fue, por primera vez, partidaria de darle un final feliz a Bonnie. Me ha gustado mucho que, como mujer independiente, la bruja tomara su bolso y ¡a recorrer Europa se ha dicho!
Ahora hablemos de “Delena” y de esa fría reunión que tuvieron ambos personajes. No es que esperara fuegos artificiales, pero no es posible que se diera tan poca relevancia a ese momento que debía ser más romántico. Es aquí cuando se comienza a sentir que el final de la serie fue algo apresurado. No dio tiempo a todo y pasaron muchas cosas importantes en los últimos cinco minutos del episodio como, por ejemplo, la muerte de Stefan.
El menor de los hermanos Salvatore falleció en un acto heroico con el cual consiguió redimirse como ser humano y logró alcanzar la paz espiritual. Esta jugada fue inesperada, ya que ni en mis sueños me habría imaginado un desenlace de estas proporciones y que, además, incluyera a Damon humano (a lo que no se le dio ni un segundo de reflexión).
Creo que el final de la serie fue escrito no sólo pensando en el deseo de los fans sino también con mucho cariño hacia los personajes. The Vampire Diaries nos ha ofrecido un desenlace agradable, incluyendo caemos de personajes del pasado, quienes lucían felices y sonrientes. Gracias por eso, Julia Plec.
The Vampire Diaries tuvo una temporada más corta que lo general, lo que le favoreció a fin de cuentas. Esta fue una entrega entretenida y muy ágil. Por supuesto que hubo piedras en el camino, pero la serie logró llegar a término con muy buen rating en el episodio final, dejando atrás esas bajas audiencias que mostraron el agotamiento de la audiencia.
The Vampire Diaries debió haber terminado mucho antes, es mi opinión. Hubo temporadas en que parecía que el equipo de guionistas ya ni se molestaba en brillar como alguna vez lo hicieron. Ni hablar de la salida de Nina Dobrev, que causó estragos en la serie. Ese final de The Vampire Diaries era necesario y llegó de la mano de un épico episodio.
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