La televisión lleva siendo años siendo un refugio para actrices que no encontraban guiones interesantes en el cine, pero la tendencia se está viendo mas clara que nunca este 2017, que lleva camino de convertirse en el año de la mujer en televisión gracias a series tan distintas entre sí como Feud, Big Little Lies o The Handmaid's Tale. A este panorama repleto de enormes personajes y enormes actrices se le ha sumado el regreso de Fargo, una serie que, contra todo pronóstico, cuenta con algunas de las mujeres más fascinantes de la televisión.
Contra todo pronóstico porque está escrita por hombres, como la película de los Coen de la que nace, y que ya tenía a Frances McDormand paseándose por la nieve con un bombo y mucha astucia disfrazada de ingenuidad. Pese al género de quienes firman el guión, uno de los elementos que mejor ha captado Fargo del film en que se basa es el hecho de que, por carismáticos que sean algunos de los personajes masculinos de la serie (Billy Bob Thornton en la primera temporada, por ejemplo), siempre son ellas quienes más brillan.
Los personajes de Fargo se dividen, por lo general, en criminales medianamente inteligentes, delicuentes ridículos que acaban metiendo la pata hasta el fondo y buenas personas que se ven envueltas en la movida que los anteriores desatan. Como en tantas otras películas y series protagonizadas por hombres de escasos escrúpulos, en Fargo es a veces una mujer quien ejerce de brújula moral (Allison Tolman en la primera temporada, Cristin Milioti en la segunda y parece que Carrie Coon en la tercera), pero la diferencia entre la serie de Noah Hawley y otras de corte parecido es que, por suerte, aquí la mujer tiene muchos otros roles reservados.
A la hora de hablar de ellas es difícil describirlas en pocas líneas porque son personajes llenos de contradicciones y que no se adaptan a ningún patrón. Solo hay que fijarse en Peggy, el personaje de Kirsten Dunst en la segunda temporada: una mujer inconformista, dispuesta a luchar por lo que quiere (al contrario que su marido), pero que precisamente por eso tiende a liarla parda. O en Nikki, el personaje más prometedor de esta tercera tanda de episodios, que rompe los moldes de la femme fatal de manual: no es calculadora, sino que actúa por impulsos, y no es quien arrastra a Ray por el mal camino porque las malas intenciones de él estaban ahí desde el principio.
Incluso cuando están en el lado bueno de la ley, las mujeres en Fargo tampoco son policías perfectas por mucho que sean buenas en su trabajo: Molly era tan inocente como inteligente y, este año, Gloria es cuadriculada e intransigente. Ninguna de las dos se ajusta tampoco a los cánones de belleza, ni va por las escenas del crimen en tacones, y ambas tienen en común con Nikki y Peggy el ser imprevisibles. Básicamente, en Fargo ponen la misma dedicación a la hora de retratar a sus personajes femeninos que a los masculinos, algo que debería ser la norma pero que, tristemente, todavía no acaba de serlo.
Si a esto le sumamos que, casi siempre, las actrices escogidas para interpretarlos están en estado de gracia, no es de extrañar que cuando están en escena sea imposible mirar para otro lado. Allison Tolman fue una auténtica revelación en 2014; Kate Walsh tenía apenas cuatro escenas en la primera temporada y robaba todas y cada una de ellas; Cristin Milioti, en la segunda, supo cargar de fuerza y dignidad a un personaje que podía haberse limitado a darnos pena; y, con Peggy, Kirsten Dunst nos demostró que sigue siendo una gran actriz cómica.
Este año, parece que se repetirá la historia. Mary Elizabeth Winstead se ha hecho en dos episodios con Nikki, un personaje muy divertido y carismático que no hace más que regalarnos momentazos en un arranque de temporada algo menos potente que los anteriores, eso sí. Por otro lado, si bien Carrie Coon todavía no ha tenido espacio para brillar tanto, viendo lo que hace en The Leftovers es de suponer que no la han contratado para interpretar a una policía corriente y probablemente nos dará alguna que otra sorpresa.
Con solo dos episodios emitidos, se nota que Ewan McGregor va a por todas con su doble interpretación (y está genial), pero es Winstead quien se está quedando las mejores escenas, y es a Nikki y a Gloria, que tiene una gran dinámica con su compañero en comisaría, a quienes queremos ver todo el rato. Más minutos para ambas, por favor.
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