El pasado 18 de agosto, Netflix estrenó la serie que llevábamos esperando todo el verano: The Defenders. Por fin, los héroes de la plataforma de streaming se iban a reunir en único producto para hacer las delicias de todos los fans. Pero, ¿ha sido The Defenders el crossover que todos esperábamos? Sí y no.
Por un lado, tenemos la fluidez de una trama que permite que los personajes interactúen entre ellos de una forma natural y espontánea. Los encuentros al principio de la serie no son forzados y es algo que se agradece debido a que esto agradece las diferentes rutinas entre los personajes. Los personajes chocan los unos con los otros como cabría esperar que ocurriera en el mundo real y un gran ejemplo es el excelente tándem que terminan haciendo Luke Cage y Iron Fist.
Otro aspecto positivo de la serie son las actuaciones de los protagonistas, que es lo que cabe esperar en una producción de esta envergadura. Tanto Daredevil (Charlie Cox) y Jessica Jones (Krysten Ritter) siguen las estelas que marcaron en sus series en solitario, lo que da estabilidad a la actuación del grupo. En la serie hemos visto como Luke Cage (Mike Colter) ha mejorado respecto a su propia serie dando una nueva dimensión al personaje. Y en cuanto a Iron Fist (Finn Jones), le falta pulir esos momentos inocentes que tiene para que su personaje consiga destacar del resto, pero sería injusto cebarse con él. No han tenido el tiempo necesario para hacer que el personaje evolucione y consiga ser más atractivo para los espectadores. Démosle tiempo, ya que en la segunda temporada nos encandilará sin ser lastrado por La Mano.
Además, los secundarios han ayudado a que la trama principal respirara y se tomará esos momentos de descanso necesarios para que cogiera mayor impulso. Por una parte, nos encontramos de forma más activa a Colleen Wing (Jessica Henwick), Claire Temple (Rosario Dawson) y a Misty Knight (Simone Missick). Este trio ha sido el principal apoyo de los protagonistas e incluso en momentos les llegaban a hacer sombra, como ocurre en una de las escenas finales. Por otra parte, tenemos el resto de secundarios como Trish Walker (Rachel Taylor), Karen Page (Deborah Ann Woll), Malcom Ducasse (Eka Darville) o Foggy Nelson (Elden Henson) que sirven como apoyo a las tramas de los protagonistas principales sin que en ningún momento lleguemos a pensar que sobran. Y es que los guionistas han sabido mantener el equilibrio con los numerosos personajes que llegan a aparecer en el crossover sin que en ningún momento parezca excesivo.
El último aspecto positivo a destacar es la cuidada fotografía y escenografía a la que nos tienen acostumbrados Marvel y Netflix. Con tan solo ver el opening podemos observar cómo es una declaración de intenciones. Cada héroe tiene su color especifico (Daredevil el rojo, Jessica Jones el azul-morado, Luke Cage el amarillo y Iron Fist el verde) y este código de color se mantiene a lo largo de la serie haciendo que en cada momento se sepa quién es el foco de atención. Pero cuando los cuatro se juntan tienden a un tono más neutro, excepto en la escena del restaurante chino donde todos los tonos están presentes luchando por su propio espacio al igual que los protagonistas.
Por otro lado, la serie tiene un gran aspecto negativo: La Mano. Después de haber sido introducida tanto en Daredevil como en Iron Fist esperábamos un grupo más compacto, sanguinario y con más carisma que el que nos han colado en The Defenders. Y es que en un grupo compuesto por cinco personas donde cabría esperar que cada personalidad estuviera bien pulida y fuera diferente a la anterior pero, en cambio, parece que los guionistas decidieron hacer una copia y pega para desarrollar los personajes de Bokuto, Murakami y Sowande. Entiendo que los tres tengan el mismo objetivo pero que no hayan sido capaces de conseguir una personalidad propia para cada uno ha hecho que La Mano no brille todo lo que debería haber brillado. Por suerte, Madame Gao (Wai Ching Ho) ha mantenido su esencia y ha sabido seguir siendo la enemiga del grupo de héroes, pero esta vez ha tenido la ayuda de Alexandra (Sigourney Weaver). Ambas han sabido mantener el peso que debe tener un enemigo en una serie de superhéroes e incluso han sabido sostener la enemistad de sus personajes, teniendo en vilo a los espectadores que esperábamos con ansias si al final se traicionaban o no.
En cuanto a Elektra (Elodie Yung), se ha balanceado toda la temporada en sus sentimientos de su vida pasada y en la necesidad de supervivencia de su vida presente. Personalmente, esperaba una Elektra más sanguinaria y que se lo pusiera más difícil al grupo de héroes, pero han sabido crear expectación ocasionando algún giro de guion que no veíamos venir.
Con todo esto puedo decir que The Defenders es un producto notable de Netflix que ha sabido mantener las expectativas de los espectadores y nos ha dejado con ganas de nuevas aventuras de los héroes tanto juntos como por separado. Esperemos que con la desaparición de La Mano, lron Fist llegue a situarse al mismo nivel que Daredevil o Jessica Jones ya que tiene todo el potencial necesario para aportar un matiz y unas tramas diferentes que las otras series.
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