Es una leyenda viva de la literatura universal y tiene a sus espaldas más de cuarenta años en lo más alto, pero está claro que éste es uno de los años más destacables en la carrera de Stephen King.
Sin duda alguna, el remake de It y la adaptación de la saga The Dark Tower eclipsarán las tres series que en 2017 nos llegan bajo el nombre del rey del terror. Hace unos meses tuvimos el estreno de The Mist y pronto tendremos la que puede ser la nueva antología de la televisión de la mano de Hulu: Castle Rock, que nos adentrará en el mundo de King de una manera totalmente distinta y se centrará en esa ciudad ficticia donde suceden buena parte de las novelas y relatos del maestro.
Mr. Mercedes, basada en una de las últimas novelas de King, nos presenta a un policía jubilado obsesionado con un antiguo caso sin resolver: el atropello de decenas de personas en una cola del paro a manos de alguien al volante de un Mercedes que tras dos años desaparecido empieza a enviarle mensajes.
Brendan Gleeson (Braveheart, Harry Potter) interpreta al ex-agente Bill Hodges, en decadencia por problemas de salud y aburrido de su vida alejado de las emociones fuertes del trabajo. La mirada de Gleeson es perfecta para captar en dos segundos todo lo que lleva el personaje detrás, conectando con su historia rápidamente.
Más difícil lo tiene la otra cara de este juego. Harry Treadaway (el Dr. Frankenstein de Penny Dreadful) es Brady Hartsfield, el hombre detrás del volante (vestido de payaso) y que parece esconder más problemas de los que parece a primera vista: relaciones incestuosas, vida solitaria y complicaciones en el trabajo.
Obviamente el peso de la serie recae en el poder interpretativo de ambos y en mostrar las dos partes de la historia (con la duda de quién va por delante en cada momento), pero cabe destacar esa primera escena con la que la serie te da un golpe en la cara y te hace despertar. Es cierto que no es tan violenta como dicen (o, al menos, hemos visto cosas peores) pero sí que muestra con realismo el crimen para hacerte crear el vínculo con las víctimas y con la obsesión de Hodges.
Casualmente, esta escena cumbre del primer episodio tiene un fuerte componente de actualidad y sorprende que tras los múltiples atropellos que se han dado en los últimos meses no se haya tendido a suavizar el cariz violento de ésta.
El poder narrativo del género negro y, sobre todo, el tipo de temática hacen a la serie apta para todo espectador y no sólo para los seguidores del escritor, para lo que la ausencia del elemento fantástico que le caracteriza juega a su favor.
Aún tendremos que ver algo más de Mr. Mercedes para determinar si será una de las grandes adaptaciones del maestro del terror a la pequeña pantalla, pero tras el primer episodio podemos estar seguros de que promete ser un tira y afloja entre Gleeson y Treadaway bastante prometedor y lleno de intriga, perfecto para este último empujón de verano que nos queda.
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