Lo que sucederá en los Emmys 2017 va a ser drama del bueno y no de ficción. Los chistes rancios relacionados con el número de la edición se verán eclipsados por puñetacitos en la mesa a altas horas de la madrugada. Se auguran críticas desconsoladas en Twitter que apelarán a la incomprensión y a la injusticia. Nadie tiene ni idea de quién se va a llevar la estatuilla en las categorías de Drama. Desconocemos si estarán repartidas entre varias ficciones o si habrá una clara vencedora por encima del resto. Estamos más perdidos que un pulpo en un garaje. Y esta situación no puede ser más divertida y refrescante. Queremos que los premios no sean previsibles. Necesitamos sorpresas, dudas y apuestas reñidas. Nada de ex aequo, ¡esto es la guerra!
¿Nostalgia, emoción o distopía?
La discusión se podría solucionar rápidamente si HBO contase con su hija predilecta entre las opciones. Gracias, Poniente, por darnos tregua un año. Stranger Things, This Is Us y The Handmaid's Tale son las grandes favoritas para esta edición. Pasado, presente y futuro. La primera cuenta con su nostalgia ochentera que ha creado escuela, su lograda temática de ciencia-ficción y su adorable reparto (que más de uno detesta y seguimos sin entender por qué). La segunda ha conseguido lo imposible: ser la única serie en abierto nominada, ablandar los corazones estadounidenses y conseguir todos los récords de audiencia. La tercera ha alcanzado una relevancia desmedida por los escalofriantes paralelismos que guarda con la atmósfera sociopolítica de Estados Unidos.
No sería extraño que Stranger Things saliera victoriosa de la refriega. La semana pasada, entre otros galardones, consiguió el Creative Arts Emmy a Mejor Reparto. También es la tercera ficción con más nominaciones. La pugna es muy interesante, pero no debemos subestimar a The Crown, cuya millonaria recreación histórica le permitió llevarse a casa dos Globos de Oro a principios de 2017. También debemos seguir de cerca a Westworld, la serie con más nominaciones de esta edición y heredera espiritual y presupuestaria de Juego de Tronos. HBO siempre tiene un as en la manga.
En la cola nos encontramos con Better Call Saul y House of Cards. No nos vamos a engañar, ver subir a alguna de ellas al escenario sería inesperado.
Reina contra criada
El marrón de elegir a la mejor actriz le ha tocado este año a la categoría de series limitadas. Con Sarandon, Lange, Kidman y Witherspoon, escoger a alguien en drama se convierte en una tarea muchísimo más sencilla. Para esta categoría, el galardón baila entre Gilead y el Reino Unido de los años 40 y 50. Elisabeth Moss (The Handmaid's Tale) y Claire Foy (The Crown). Las apuestan indican que, finalmente, Moss será la ganadora, pero su vinculación con la cienciología quizás le pase factura. Por otro lado, Foy ganó el Globo de Oro el pasado enero.
Menos posibilidades tienen Viola Davis (How to Get Away with Murder) y Evan Rachel Wood (Westworld). Davis está nominada por tercer año consecutivo, pero ya tuvo su momento de gloria en 2015. Aun siendo la única actriz negra nominada, la Academia lleva varias ediciones sin repetir en esta categoría. En el caso de Wood, y a pesar de haber recibido varios premios por interpretar a la androide Dolores, no es la mejor opción para alzarse con el Emmy. A su personaje le falta mucho recorrido para despegar por completo.
Si no se ponen de acuerdo, siempre hay hueco para enmendar los errores y satisfacer nuestras necesidades pasadas. ¿Elegirán de una vez a Robin Wright (House of Cards)? El año pasado ya tiramos a la basura las pancartas de "este es el año de Robin" y "Robin por fin se alzará con el Emmy". Esta edición utilizaremos consignas más directas: dádselo de una vez y, así, en 2018 no la tenéis que nominar por sexta vez consecutiva.
Está claro que Keri Russell (The Americans) es la última opción. Nadie apuesta un dolar por ella. No obstante, sería justicia poética que la Academia se marcara un plot twist y le entregara el Emmy para vengar a todas aquellas series olvidadas en esta 69ª edición, como The Americans, The Good Fight o The Leftovers.
Sterling K. Brown tiene todas las papeletas
La categoría de mejor actor está mucho más clara que las dos anteriores, pero eso no significa que esté todo el pescado vendido. Recordemos que esta sección tiene 7 nominados, uno más que en mejor actriz. Esta vez vamos a empezar por los descartes. Aún así, pueden dar la sorpresa en cualquier momento. Decimos esto para curarnos en salud, por si no acertamos ni una con nuestras elucubraciones.
Milo Ventimiglia (This Is Us) es el que menos opciones ostenta. Si alguien debe llevarse el Emmy por la serie de NBC, ese es su compañero Brown. Liev Schreiber (Ray Donovan) es un eterno nominado, pero ni los Globos de Oro, ni los Critics, ni los Emmy se han atrevido a abrir el melón. Kevin Spacey (House of Cards) sufre la misma desdicha y ha sido nominado 5 veces consecutivas sin lograr ningún premio. A los académicos les gusta mucho la serie de Netflix, pero no tanto como para darle algún galardón. Matthew Rhys (The Americans) parece que compartirá destino con su co-protagonista. Si vivimos un segundo plot twist debido a The Americans, pensaremos que la KGB ha regresado y su nueva Guerra Fría contra Estados Unidos se ha materializado en forma de estatuillas.
Con más probabilidad de triunfar se encuentran Anthony Hopkins (Westworld) y Bob Odenkirk (Better Call Saul). Todos alabamos el trabajo de Hopkins, pero no puede regresar a la televisión después de tantos años y besar el santo con un papel más notable que sobresaliente. En el caso de Odenkirk, sus fans han recuperando nuestras pancartas del cubo de la basura para gritarle bien fuerte "este es tu año". Aunque la tercera temporada de Better Call Saul ha sido la más aplaudida de la serie y numerosos críticos consideran que el intérprete debería alzarse con el premio, no sería de extrañar que terminase en el carro de los eternos nominados junto a Schreiber y Spacey.
Por último, y en lo más arriba, apuestas, críticos y audiencia se ponen de acuerdo (por primera vez en el género) para asegurar la victoria de Sterling K. Brown (This Is Us). Su emotivo e intenso trabajo para hacer llorar a medio país ha sido el ingrediente principal para esta agradable consonancia. Desde 1998, ningún actor negro ha recibido un Emmy en esta categoría. Estaría bien que Brown fuera el primero en 19 años.
¡Nadie se preocupa por los personajes secundarios!
No os equivoquéis, los premios dirigidos a actores y actrices de reparto no son irrelevantes ni tampoco se corresponden con pequeños papeles. De hecho, en ocasiones, la estrategia de cadenas y productoras es presentar las candidaturas de personajes principales en estas categorías para que, así, opten de verdad a conseguir el premio.
Aquí nos vamos a mojar un poco más. Parte de la crítica cree que el Emmy a mejor actriz de reparto le caerá a Chrissy Metz (This Is Us). Sin embargo, nuestros corazones están divididos entre Thandie Newton (Westworld) y Millie Bobby Brown (Stranger Things). Finalmente, nos decantamos por la pequeña Eleven, de enorme fuerza y corazón y de incalculable carisma. Es la esencia de Stranger Things y se come la pantalla en cada escena.
En el lado del mejor actor de reparto, Jonathan Banks (Better Call Saul) y Jeffrey Wright (Westworld) serían dos opciones formidables. Pero el talento de John Lithgow (The Crown) es arrollador y la sombra de su experiencia es alargada. Las apuestas le reconocen como claro vencedor. Al igual que en mejor actor, todos los sectores implicados en especular sobre los Emmys coinciden con Lithgow y esta categoría.
Muy pronto conoceremos los resultados finales de las categorías de drama; las menos predecibles de los Emmys 2017. Y todo debido a la ausencia de Juego de Tronos que, al estrenarse en verano, no ha podido participar en esta 69ª edición, generando una considerable cantidad de posibles victorias. Stephen Colbert será el maestro de ceremonias de una gala en la que HBO y Netflix ostentan el mayor número de nominaciones.
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