El pasado viernes 16 de febrero llegaba a Netflix Everything Sucks!, una nueva serie original de la plataforma de streaming que prometía ser una parodia desenfadada de la cultura teen de los 90 pero que ha terminado siendo mucho más. Los recuerdos noventeros prácticamente se han dejado ver en la ambientación, y los dramas que viven los estudiantes del instituto de Boring han sido tratados con más profundidad y tacto del que se esperaba en un principio. Una perspectiva tranquila y pausada desde la que hacer un poco de crítica social y lanzar un grito contra el bullying.
Everything Sucks! no es una Not Another Teen Movie en versión serie (que no me hubiese importado, la verdad), sino que el absurdo ha sido relegado a un segundo plano mientras los protagonistas lidian con familias rotas, la amistad, la revolución sexual y el compañerismo. Unos conflictos universales, con los que todas las generaciones, no sólo la millennial, se pueden sentir identificadas.
El protagonista es Luke O'Neil, un niño que empieza el primer año de instituto con sus dos mejores amigos Tyler, el tonto del grupo, y McQuaid, el nerd con incapacidad para relacionarse. Los tres pronto se unen al club de audiovisuales donde conocen a Kate Messner, la hija del director del instituto. Luke se enamora perdidamente de Kate, un amor irracional y que hace florecer al instante unos sentimientos en el joven que juegan peligrosamente en la línea entre el acoso y el romanticismo. Más de una colleja se merece, para qué nos vamos a engañar.
Kate, por su parte, es una chica lesbiana que todavía trata de averiguar qué es realmente lo que siente. Vive enamorada de Emaline, una chica mayor y líder del grupo de teatro que protagoniza la relación más tóxica de la serie junto a Oliver. Emaline lidia con sus propias inseguridades, implantadas desde una sociedad que la cosifica y la sexualiza. Fruto de estas inseguridades, no duda en buscarse una coraza tras la que esconderse, y este escudo se materializa en ataques y acosos hacia Kate y su orientación sexual. Las críticas, los cotilleos y un padre emocionalmente en otro siglo terminan empujando a la joven Kate a empezar una relación tapadera con Luke que le trae más problemas que soluciones.
La serie pronto dará un giro. El amor, la amistad, el compañerismo, la comprensión y el talento de estos jóvenes les harán vivir la mejor experiencia de sus vidas cuando teatro y audiovisuales deciden unir fuerzas para realizar la mejor película improvisada que ha visto el pueblo de Boring.
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